Domingo de Pascua



Salmo 117: Este es el día en que actuó el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo.


Evangelio según S. Juan: María Magdalena fue al sepulcro al amanecer del primer día de la semana y vió la losa del sepulcro quitada. Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús. María Magdalena les dijo: -Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Pedro y el otro discípulo salieron camino del sepulcro juntos, pero el otro discípulo corría más; se adelantó y llegó primero y, asomándose, vió las vendas en el suelo; pero no entró. Simón Pedro llegó tambien y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario de cubrirle la cabeza enrollado en un sitio aparte. El discípulo que había llegado primero al sepulcro, entró, vio y creyó. Hasta entonces no habían entendido la Escritura: que Jesús había de resucitar de entre los muertos.

Viernes Santo (C) 2013


Jueves Santo (C) 2013


Evangelio según S. Juan, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, Jesús ya sabía que había llegado su hora para pasar de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Cuando cenaban, el diablo ya había metido en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregara, Jesús, sabía que el Padre había puesto todo en las manos, y que venía de Dios, y a Dios volvía, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñe. Luego puso agua en una jofaina y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a secarlos con la toalla. Llegó a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Jesús le dijo: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; lo comprenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: pero no tendrás parte conmigo. Simón Pedro le dijo: Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.


Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros estáis limpios, pero no todos. Porque Jesús sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos. Después de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros; os he dado ejemplo, para que vosotros hagáis también como yo he hecho.

Miercoles Santo (C) 2013


Evangelio según S. Mateo, 26, 14-25

Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?". Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión para entregarlo. El primer día de los Acimos, los discípulos preguntaron a Jesús: "¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?". El respondió: "Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decirle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos'". Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Al atardecer, estaba Jesús a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: "Os aseguro que uno de vosotros me entregará". ellos, apenados, empezaron a preguntarle uno por uno: "¿Soy yo, Señor?". El respondió: "El que ha mojado en la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que va a entregar al Hijo del hombre : más le valdría no haber nacido!". Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: "¿Seré yo, Maestro?". Jesús le respondió: -"Tú lo has dicho".

Martes Santo (C) 2013


Evangelio según S. Juan, 13, 21-33:

Jesús dijo: -"Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar". Simón Pedro hizo señas (a Juan) para que averigue por quién decía Jesús esto. Juan, apoyandose en el pecho de Jesús, le preguntó: -"Señor, ¿quien es?. Jesús contestó: -"Es la persona a quien yo le dé este trozo de pan untado". Y se lo dio a Judas, el Iscariote. Detrás del pan, entró Satanás en él. Jesús le dijo: -"Lo que tienes que hacer hazlo pronto". Nadie entendió esto. Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas tomó el pan y saló inmediatamente. Era de noche. Jesús dije: -"Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Tambien Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíoas os lo digo ahora a vosotros: "Donde yo voy, vosotros no podéis ir". Simón Pedro le dijo: -"Señor, ¿adonde vas?. Jesús le respondió: -"no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde".

Pedro dijo: -"Señor, por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti". Jesús le contestó: -"¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces".

Lunes Santo (C) 2013

Evangelio según S. Juan, 12, 1-11

Seis dias antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro estaba con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió los pies y se los secó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.


Judas Iscariote, el que lo iba a entregar, dice: -¿Por qué no se vende este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?. No le importaban los pobres, sino que era un ladrón. Jesús dijo: -"Déjala, lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no me tenéis siempre". Muchos judíos se enteraron de que estaba allí y fueron por Jesús, y también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar tambien a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Domingo de Ramos (C) 24 marzo 2013


PROCESION
Lucas 19, 28-40
Jesús iba a Jerusalen. Cerca de Betania, junto al monte de los Olivos, mandó a dos discípulos y les dijo: -"Id a la aldea de enfrente: encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado. Desatadlo y traedlo. Y si os preguntan: -"¿por qué lo desatáis?", contestad: "El señor lo necesita". Ellos fueron y encontraron el borrico. Mientras desataban el borrico, los dueños les preguntaron: -"Por qué desatáis el borrico?" Los discípulos contestaron: "El Señor lo necesita". Llevaron el borrico a Jesús, lo aparejaron con sus mantos y ayudaron a Jesús a montar. Jesús avanzaba y la gente alfombraba el camino con mantos. Y las gentes que le seguían alababan a Dios a gritos por todos los milagros que habían visto y decían : -"¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor ! Paz en el cielo y gloria en lo alto". Algunos fariseos dijeron a Jesús: -"Maestro, corrige a tus discípulos". Jesús contestó: -"Os digo que si estos callan, gritarán las piedras"

Isaías, 50, 4-7: Mi Señor me ha dado lengua de discípulo, para saber decir al cansado una palabra de ánimo. El Señor, cada mañana me espabila el oído, para que yo escuche como un discípulo. El Señor me abre el oído; y yo no me rebelo ni me echo atrás. Yo ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. Yo no escondí mi rostro a insultos y salivazos. Mi Señor me ayudaba, por eso yo no era confundido; por eso ofrecí mi rostro como una piedra, ya sabía que yo no sería defraudado.

Salmo 21. Dios mío, Dios mío, ¿ por qué me has abandonado ?

Filipenses 2, 6-11: Cristo, no presumió de su categoría divina; al contrario, se despojó de su rango (importancia) tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y actuando como un hombre se rebajó hasta someterse a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le dió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla -en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo- y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Luc 23, 1-49 Levantándose mucha gente, llevaron a Jesús a Pilato. Y comenzaron a acusarle, diciendo: éste pervierte a la nación, y prohibe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey. Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y él,respondió: Tú lo dices. Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito encuentro en este hombre. Pero ellos seguían diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí. Entonces Pilato, al oir decir, Galilea, preguntó si el hombre era galileo. Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le envió a Herodes, que aquellos días también estaba en Jerusalén. Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas de él, y esperaba verle hacer alguna señal. Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió. Y estaban los principales sacerdotes y los escribas acusando a Jesús con gran vehemencia. Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole con una ropa espléndida; y volvió a enviarle a Pilato. Y Pilato y Herodes se hicieron amigos aquel día; porque antes estaban enemistados. Pilato, convocó a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero le he interrogado yo delante de vosotros y no he hallado en este hombre delito de las cosas que le acusáis. Y ni Herodes, porque os remití a él; y nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, después de castigarle. Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta. Pero toda la multitud dio voces a una, diciendo: ¡Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás! que había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio. Pilato les habló otra vez, queriendo soltar a Jesús; pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! El les dijo por tercera vez: ¿qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, y le soltaré.

Pero ellos a grandes voces, pedían que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron. Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y mujeres que lloraban y lamentaban por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará? Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y se repartieron sus vestidos, echando suertes. Y el pueblo estaba mirando; y los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; que se salve a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS. Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le riñó, diciendo: -¿Tú estás pasando la misma condena y no temes a Dios? nosotros, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; pero éste no hizo ningún mal. Y el malhechor dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Cuando era la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y expiró. El centurión vio lo que había pasado y dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. Y todos los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había pasado, se volvían golpeándose el pecho. Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.

Domingo quinto de Cuaresma (C) 17 marzo 2013


Isaias, 43, 16-21: El Señor abrió camino en el mar y senda en las aguas; sacó a batalla carros y caballos con sus valientes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se acaba. El Señor dice: -"No recordéis lo de antes, no penséis en lo antiguo; Yo realizo algo nuevo; está brotando ¿lo notáis?. Abriré un camino por el desierto, ríos en terreno seco; las bestias del campo, chacales y avestruces me glorificarán, por que yo ofreceré agua en el desierto y habrán ríos en la tierra seca para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido, el pueblo que yo formé para que proclame mi alabanza".

Salmo 125 : El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

Carta a los Filipenses 3, 8-14 : Para mí todo es pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo es basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía -de la ley-, sino con la justicia que viene de la fe en Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Para conocerlo a Cristo y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus sufrimientos, muriendo como él, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.

Yo no he conseguido el premio ni estoy en la meta pero sigo corriendo. Tengo el premio, porque Cristo Jesús me lo ha entregado, hermanos y me considero como si no hubiera conseguido el premio. Solo busco una cosa: olvidarme de lo que queda atrás y lanzarme hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, Dios desde arriba me llama en Cristo Jesús.

Evangelio según S. Juan 8, 1-11. Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y sentado, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer adultera y, colocándola en medio, dijeron:
-Maestro, esta mujer la encontramos cometiendo adulterio. La Ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras ¿qué dices tú? (Le preguntaban esto para acusarlo). Jesús se inclinó y escribía con el dedo en el suelo. Los fariseos insistían preguntando y Jesús les dijo: -El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra. Jesús se inclinó otra vez y siguió escribiendo. Ellos se fueron uno a uno, primero se fueron los más viejos. Jesús quedó solo con la mujer, que estaba allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: -Mujer ¿donde están tus acusadores? ¿ninguno te ha condenado? Ella contestó: -Nadie, Señor. Jesús dijo: -Yo tampoco te condeno. Vete y en adelante no peques más.

Domingo cuarto de Cuaresma (C)


Libro de Josué, 5, 9a.10-12:
El Señor dijo a Josué: -Egipto os oprime pero yo os libro hoy. Los israelitas acamparon el Guilgal y celebraron la pascual al atardecer, en Jericó. El día siguiente comieron el fruto de la tierra: panes ácimos y espigas fritas. Cuando los israelitas comenzaron a comer del fruto de la tierra, el maná acabó. Los israelitas no tuvieron maná, al contrario: aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.

Salmo 33: Gustad y ved qué bueno es el Señor.

vista de Jericó desde el monte de las tentaciones

2ª Carta a los Corintios 5, 17-21:
Las personas que son de Cristo son criaturas nuevas: lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios. Dios nos reconcilió con él mismo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedir cuenta de los pecados del mundo y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Nosotros actuamos como enviados de Cristo y es igual que si Dios mismo os invitara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos: reconciliaros con Dios. Jesús no tenía pecado y Dios lo hizo intermediario por nosotros pecadores, así nosotros, unidos a Jesús, recibimos la justificación de Dios.

Evangelio según S. Lucas 15, 11-12:
Jesús dijo esta parábola a los fariseos y escribas: "Un hombre tenía dos hijos: el menor de ellos dijo a su padre:-Padre, dame la parte que me toca de herencia. El padre repartió sus bienes. El hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando había gastado todo, vino un hambre terrible por aquella tierra, y el hijo se puso a trabajar cuidando cerdos. El hijo pródigo tenía ganas de comerse las algarrobas que comían los cerdos, y nadie le daba de comer. Entonces pensó: "muchos jornaleros de mi padre tienen abundante pan y yo aquí me muero de hambre. Volveré camino a casa mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra tí; ya no merezco llamarme hijo tuyo. trátame como a uno de tus trabajadores". Su padre lo vio venir y corrió y se puso a abrazarlo y besarlo. Su hijo le dijo: - Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo" Pero el padre dijo a sus criados: - Sacad el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el cordero y cocinarlo; celebraremos un banquete porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado. Su otro hijo estaba en el campo. Volvió a casa y oyó la música y el baile y preguntó qué pasaba. Le dijeron: Tu hermano ha vuelto y por eso tu padre celebra un banquete. El hijo se enfadó y no entraba; pero su padre salió para convencerlo. El hijo le dijo a su padre: - "Te sirvo muchos años sin desobedecer nunca una orden tuya, y a mí no me has dado un cordero para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha gastado tus bienes , matas el mejor cordero y haces una fiesta". El padre le dijo: -"Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo, debes alegrarte porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado "

Domingo tercero de Cuaresma (C) 3 de marzo 2013

Moisés cuidaba el rebaño de su suegro Jetró y llevó el rebaño hasta el monte Horeb. Moisés se fijó: una zarza ardía sin consumirse. Moisés pensó "voy a acercarme para ver este espectáculo, una zarza que arde y no se quema. El Señor vió a Moisés y lo llamó desde la zarza: -"Moisés, Moisés". Moisés respondió -Aquí estoy. Dios dijo: -"No te acerques; quítate las sandalias pues el sitio que pisas es terreno sagrado"


-"Yo soy el Dios de Abrahám, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob". Moisés se tapó la cara, temía ver a Dios. El señor le dijo: -"He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a librarlos de los egipcios, sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra fértil y ancha, tierra que mana leche y miel". Moisés contestó- Yo iré a los israelitas y les diré: el Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Cuando me pregunten cómo se llama este Dios ¿qué les respondo?. Dios dijo a Moisés- "Soy el que soy". dirás a los israelitas: -"Yo soy (Yahve) me envía a vosotros ". Yahve, Dios de vuestros padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación"

Salmo 102: El Señor es compasivo y misericordioso.

1Carta a los Corintios 10, 1-6.10-12: No ignoréis que nuestros padres atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual; y la roca era Cristo. >Pero la mayoría no agradaron a Dios y murieron en el desierto. No protestéis como protestaron algunos de ellos. Todo esto sucedió como un ejemplo: y fue escrito para nosotros. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.

Evangelio según S. Lucas 13, 1-9:

Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar fruto y no lo encontró. Dijo al viñador: -Durante tres años voy a buscar fruto en esa higuera y no lo encuentro. Córtala. Así no ocupa terreno. Pero el viñador contestó: -Señor, déjala todavía este año; yo cabaré alrededor y le echaré abono, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.