Domingo tercero de Cuaresma (C) 3 de marzo 2013
Moisés cuidaba el rebaño de su suegro Jetró y llevó el rebaño hasta el monte Horeb. Moisés se fijó: una zarza ardía sin consumirse. Moisés pensó "voy a acercarme para ver este espectáculo, una zarza que arde y no se quema. El Señor vió a Moisés y lo llamó desde la zarza: -"Moisés, Moisés". Moisés respondió -Aquí estoy. Dios dijo: -"No te acerques; quítate las sandalias pues el sitio que pisas es terreno sagrado"
-"Yo soy el Dios de Abrahám, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob". Moisés se tapó la cara, temía ver a Dios. El señor le dijo: -"He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a librarlos de los egipcios, sacarlos de esta tierra para llevarlos a una tierra fértil y ancha, tierra que mana leche y miel". Moisés contestó- Yo iré a los israelitas y les diré: el Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Cuando me pregunten cómo se llama este Dios ¿qué les respondo?. Dios dijo a Moisés- "Soy el que soy". dirás a los israelitas: -"Yo soy (Yahve) me envía a vosotros ". Yahve, Dios de vuestros padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación"
Salmo 102: El Señor es compasivo y misericordioso.
1Carta a los Corintios 10, 1-6.10-12: No ignoréis que nuestros padres atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual; y la roca era Cristo. >Pero la mayoría no agradaron a Dios y murieron en el desierto. No protestéis como protestaron algunos de ellos. Todo esto sucedió como un ejemplo: y fue escrito para nosotros. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.
Evangelio según S. Lucas 13, 1-9:
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar fruto y no lo encontró. Dijo al viñador: -Durante tres años voy a buscar fruto en esa higuera y no lo encuentro. Córtala. Así no ocupa terreno. Pero el viñador contestó: -Señor, déjala todavía este año; yo cabaré alrededor y le echaré abono, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.