El sacerdote Esdras abrió el libro a vista de todo el pueblo, pues se hallaba en un puesto elevado, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso en pie. Esdras pronunció la bendición del Señor Dios grande y el pueblo entero, alzando las manos, respondió: "Amén, Amén"; se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el Gobernador, Esdras, el sacerdote y letrado, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: -Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis. (Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley) Y añadieron: -Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No esteis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.
Domingo 3º del t. Ordinario (C)
El sacerdote Esdras abrió el libro a vista de todo el pueblo, pues se hallaba en un puesto elevado, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso en pie. Esdras pronunció la bendición del Señor Dios grande y el pueblo entero, alzando las manos, respondió: "Amén, Amén"; se inclinó y se postró rostro a tierra ante el Señor. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el Gobernador, Esdras, el sacerdote y letrado, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: -Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis. (Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley) Y añadieron: -Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No esteis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.