Domingo VII de Pascua (A)



Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
Querido Teófilo:
En mi primer libro, escribí todas las cosas que Jesús hizo y enseñó hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les apareció después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y se les apareció durante cuarenta días y les habló del reino de Dios.
Una vez que comían juntos les recomendó: -No os vayáis de Jerusalén; esperad que se cumpla la promesa de mi Padre, que yo os he explicado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.
Ellos lo rodearon preguntándole: -Señor, ¿ahora vas a restaurar la soberanía de Israel?
Jesús contestó: -No podéis vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, y en todo el mundo.
Dicho esto, lo vieron subir al cielo hasta que una nube lo ocultó. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos ángeles, que les dijeron:
-¿Qué hacéis ahí mirando al cielo? El mismo Jesús que ha al cielo, volverá otra vez.

Salmo 42 El Señor sube al cielo, como rey del mundo. Aleluya   

Final del santo Evangelio según San Mateo 28, 16-20:

Los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había dicho.
Al verlo ellos se pusieron de rodillas, pero algunos tenían dudas.
Jesús se acercó a ellos y les dijo: -Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y enseñándoles a aceptar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.